La Guajira es un mundo de aventuras con sus olas rompientes, desiertos áridos y cientos y cientos de especies de aves, desde humildes pelícanos y elegantes flamencos hasta las feroces águilas que rodean su costa. Ya sea que prefiera la vida salvaje, los deportes extremos, la cultura, la comida o la historia, encontrará lo que ama en la Guajira.
Esas llanuras desérticas han sido durante mucho tiempo el hogar de tribus indígenas y, incluso ahora, La Guajira tiene la mayor población de pueblos indígenas en toda Colombia. Alrededor de la mitad de sus habitantes son Wayuu, Arhuaco, Kogi o Wiwa y muchos visitantes de bienvenida quieren compartir su cultura, rituales y cocina.
La Guajira destaca por su belleza natural y es imposible no dejarse impresionar por la gran cantidad de aves que posee, desde las águilas que mencionamos hasta los flamencos que anidan en sus lagos. La mayoría de los visitantes viajan al pequeño pueblo de Camarones, cerca del río Tapias, para visitar las cuatro lagunas del Santuario de Flora y Fauna de los Flamencos, hogar de cientos de flamencos.
El Parque Nacional de Macuira es hogar de muchas aves, más de 140 especies, además de
monos, ocelotes y ciervos.
Pocos visitantes se dan cuenta de que La Guajira es uno de los principales destinos del mundo para el kitesurf. Cada año, cientos de kitesurfistas y aspirantes a kitesurfistas acuden a La Guajira para aprender o practicar el deporte y los instructores ofrecen una variedad de cursos, eligiendo diferentes playas de acuerdo a su capacidad. Si el kitesurf no es para ti, toma el bote hacia las dunas de Punta Gallinas (el extremo más al sur de Sudamérica) sube al Pilón de Azúcar o disfruta de las espectaculares playas de la región.
Palomino es un pequeño pueblo ubicado en la carretera costera que une Santa Marta con Rio Ancho. Destaca, una hermosa playa con enormes olas, el río que viene de la montaña y la vista sobre las fotos blancas de Sierra Nevada.
Punta Gallinas es el punto más al norte de América del Sur. El lugar es el hogar del grupo indígena Wayuu. Descubra una bellamente virgen parte del país, donde las dunas de arena y un mar de muchos colores definen el paisaje.
Los campos de sal de Manaure son las "Salinas" más grandes de la península. Allí, la sal se recoge en sartenes hechos artificialmente. En la planta cercana se limpia de la arena y luego se amontona en una enorme montaña blanca y pura, una vista majestuosa.